El patrón angular de las extremidades inferiores experimenta cambios en la infancia, los cuales determinan la posición permanente de las rodillas en la edad adulta. Así, según la alineación que presentan las piernas al mirarlas de frente se distinguen:
- Genu valgo: las rodillas se juntan al tiempo que los talones se separan, de moco que las extremidades forman una X.
- Genu varo: las rodillas tienden a la separación mientras los talones se juntan, de forma que las piernas se encuentran arqueadas.
No debe olvidarse que el ángulo femorotibial varía durante el desarrollo. No obstante, existen ocasiones en las que la angulación definitiva se desvía de la media (que incluye un genu varo leve o un genu valgo moderado), convirtiéndose en patológica.
Entonces, ¿cuándo es patológica la angulación?
Como mencionábamos, y a grandes rasgos, podría considerarse un patrón patológico cuando el resultado de la medición del ángulo femorotibial se aleja de los rangos fisiológicos mencionados o cuando existen más de 7 centímetros de separación entre los maléolos tibiales. Otras circunstancias que conllevan la necesidad de estudio serían encontrar un genu recurvatum superior a 20 grados o una rodilla que no alcanza la extensión completa en la exploración.
Etiología
Una angulación de rodillas patológica puede responder a distintas causas:
- Congénitas, como la dismetría de miembros inferiores
- Desviaciones tibiales o femorales
- Raquitismo por déficit de vitamina D
- Enfermedad de Blount
- Hipofosfatasia
- Displasia ósea
- Lesiones postraumáticas o infecciones
- Alteraciones endocrinas y/o metabólicas
Tratamiento
De ser detectadas alteraciones que requieren tratamiento, la primera línea de abordaje conlleva la utilización de dispositivos ortopédicos u ortesis plantares.
No obstante, cuando el cuadro no se resuelve se hace necesaria la cirugía. En Surbone realizamos una valoración exhaustiva de cada caso, de su historia clínica y evolución temporal, de cara a individualizar el procedimiento para adaptarnos a las necesidades específicas de cada paciente.
En líneas generales, de haberse alcanzado la madurez ósea, podría optarse, entre otras, por una osteotomía correctora, una hemiepifisiodesis transitoria o una epifisiodesis permanente.