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El codo de tenista, una lesión que no es exclusiva de deportistas

A lo mejor habéis oído hablar alguna vez a alguien que le ha dolido el brazo, que sufre el famoso codo de tenista. Es una lesión bastante común, que no es exclusiva del mundo del deporte.

Desde Surbone, queremos explicaros en qué consiste, por qué sucede, cuáles son los síntomas y cuál es su tratamiento.

¿Qué es el codo del tenista?

El codo de tenista o epicondilitis es una lesión que afecta a los codos y antebrazos. Concretamente, es una inflamación en los tendones epicondíleos, que son los que unen los músculos del antebrazo y de la mano con el epicóndilo en la cara lateral externa del codo. La sufren, por tanto, los músculos de la mano y del brazo.

Generalmente se produce en el brazo dominante. Afecta tanto a hombres como a mujeres y, aunque no tiene edad, es más frecuente en los mayores de 40 años.

Inflamación y dolor ocasionado por lesión de codo de tenista
El codo de tenista o epicondilitis es una inflamación en los tendones de la cara lateral externa del codo.

¿Por qué sucede?

Se origina por una sobrecarga de esos músculos debido, por ejemplo, a la realización de acciones que requieran mantener flexionada la mano mucho tiempo, de movimientos reiterados de giro de muñeca orientando la palma hacia arriba y/o de agarre.

Por ello, la epicondilitis es muy común en los deportes de raqueta y de ahí recibe su nombre. Sin embargo, no es una patología exclusiva de los deportistas.

Pintor@s, mecánic@s, peluquer@s, jardiner@s, carpinter@s, carnicer@s, amas de casa, fontaner@s, personal de oficina que pasa mucho tiempo en el ordenador… La lista de colectivos sensibles a esta patología es inmensa. Sólo tenemos que pensar en las actividades que realizamos cotidianamente y en las que sometemos a un sobreesfuerzo reiterado a nuestra mano y brazo.

¿Cuáles son los síntomas?

La persona que sufre el codo de tenista experimenta un fuerte dolor en la zona externa del codo y del antebrazo. Este dolor es especialmente intenso al presionar la zona afectada o al cerrar con fuerza la mano con la muñeca extendida.
Los que lo padecen tienen dolor al realizar actividades tan simples como estrechar la mano a otra persona, girar la llave en la cerradura, servir de una botella o levantar un peso.

Tratamiento

Gran parte de estas lesiones no necesitan cirugía. La recuperación requiere reposo, evitando todos los gestos y actividades que causen dolor, y antiinflamatorios.

También está indicada la aplicación de frío y en algunos casos las infiltraciones de corticoides.

La fisioterapia es de gran ayuda en la rehabilitación de la epicondilitis.

El traumatólogo es el que pautará, en gran parte de los casos, la recuperación del paciente dependiendo de la gravedad de la lesión.

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