Una de las deformidades del pie que atendemos con frecuencia en Surbone es el Hallux Valgus o juanete. Este problema, más común en mujeres, puede causar dolor intenso y sólo se puede corregir mediante cirugía.
En primer lugar, es necesario definir en qué consiste esta deformidad. Se trata de una desviación del dedo gordo (hallux) y del primer metatarsiano hacia la parte lateral del pie (valgus). Como consecuencia, aparece una prominencia enrojecida y dolorosa en la parte interna del pie (bunio). Además, debido a la pérdida de espacio entre el segundo y tercer dedo, éstos pueden deformarse en martillo o maza.
Los síntomas del juanete incluyen dolor continuo localizado en esa zona, que empeora al caminar y mejora con el reposo. Además, en ocasiones puede notarse sensación de roce, chasquido o crepitación al mover el dedo, junto con la deformidad. Ante la presencia de estos síntomas, es importante acudir a un especialista del aparato locomotor, como Surbone, para realizar un estudio completo y plantear opciones terapéuticas que eviten complicaciones y mejoren la sintomatología.
Las causas que subyacen a un juanete son múltiples, incluyendo componentes hereditarios, sobrecarga en los pies a lo largo de los años, relación con otras deformidades como los pies planos, el uso de calzado inapropiado, patologías de la infancia o enfermedades como la artritis.
Los juanetes aparecen lentamente y de forma gradual. Se inicia con la inclinación del dedo gordo que, con los años, modifica el ángulo de los huesos y deforma el pie, provocando que los dedos gordos se inclinen hacia el resto. El signo más característico del juanete es la aparición progresiva de una prominencia ósea en la parte interna de la cabeza del primer metatarsiano que puede causar hinchazón, enrojecimiento, callosidades, dolor en torno a la articulación y, en casos más avanzados, una limitación del movimiento del dedo y alteración del patrón de la marcha.
La deformidad sólo se corrige con cirugía, pero no siempre es necesario llegar a ella. Si no hay dolor, se recurre a tratamientos conservadores con la ayuda de aparatos ortopédicos. La cirugía sólo está indicada para los casos en los que existe dolor agudo con incapacidad para caminar.
En Surbone realizamos dos tipos de cirugía: percutánea o abierta. Dentro de esta última, también hay diversas variantes como la osteotomía y la artrodesis, entre otras. Por citar algunos ejemplos, una osteotomía muy utilizada es la denominada «scarf», con la que realizamos un corte en el hueso para modificar su posición y corregir el ángulo. En casos más leves, utilizamos la osteotomía de «Chevron» y para deformidades más severas, las osteotomías de la base del metatarsiano.
Tras la intervención, el paciente recibe el alta aproximadamente a las 6 horas y puede apoyar y caminar desde el primer día. No obstante, será necesario el uso de muletas y, dependiendo de la técnica utilizada, es posible que necesiten un zapato ortopédico con tacón invertido o plano. Además, en Surbone recomendamos que, durante el primer mes, caminen lo imprescindible para evitar edemas y molestias, así como la realización de ejercicios de movilización de los dedos. A partir de las 4 semanas de la intervención, ya les pautamos carga completa de mejoría, pueden retirar el calzado ortopédico y comenzar a utilizar zapatillas deportivas. La recuperación total para llevar una vida normal se estima entre los 2 y 3 meses después de la intervención pero hasta el cuarto mes, no es recomendable realizar actividad deportiva o grandes esfuerzos.
En Surbone podemos ayudarte
Si sientes molestias o dolor en el pie y éste aumenta con la presión de los zapatos, no dudes pedir una revisión en nuestra clínica en el 981 90 40 00 o a través del formulario de contacto de nuestra web. En Surbone somos especialistas en traumatología y tras un estudio individualizado de tu caso te proporcionaremos la técnica más adecuada para solventar ese dolor.