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La evolución de la cirugía LCA

A lo largo de la historia, se han utilizado dos tipos de técnicas para reconstruir quirúrgicamente el Ligamento cruzado anterior, las técnicas intraarticulares (sustitución del LCA dañado) y las extraarticulares (suplen la función del ligamento a distancia de su inserción).

Durante los últimos años, se ha avanzado considerablemente en el conocimiento de la anatomía, biomecánica y semiología, métodos de diagnóstico por imágenes, rehabilitación y en la cirugía de reconstrucción del Ligamento Cruzado Anterior.

Si bien el porcentaje de buenos resultados puede variar entre el 75 y el 95% de los casos, existe un grupo entre el 5 y el 25 % que no consiguen volver a su nivel previo de actividad.

Generalmente esto se debe a un insuficiente control de la estabilidad rotacional, cuya corrección no se logra utilizando técnicas tradicionales transtibiales, dado que no reproduce la orientación anatómica del LCA. 

Estas técnicas logran un buen control de la estabilidad anteroposterior, pero con un déficit en el control de la estabilidad rotacional.

Los avances en el conocimiento de la anatomía y la técnica quirúrgica han generado la evolución hacia la reconstrucción del LCA con técnica anatómica, que trata de imitar lo máximo posible la posición del LCA nativo.

En lo que refiere a la técnica quirúrgica concreta, en los inicios esta cirugía era realizada mediante artrotomía o técnica abierta. 

Dentro de esta cirugía de una sola incisión distinguimos dos tipos: la técnica monotúnel o transtibial y las técnicas bitúnel. 

Esto ha ido evolucionando con la llegada de la artroscopia, en primer lugar, con la doble incisión y la más prevalente hoy en día que es la técnica de una incisión con origen tibial.

En la primera de ellas, se realiza una incisión en la zona de origen del túnel tibial y desde este mismo se excava el túnel femoral. En cambio, las técnicas bitúnel permiten realizar los túneles tibial y femoral de manera independiente. 

El túnel tibial de la misma forma que en la técnica monotúnel y el túnel femoral desde un portal accesorio anteromedial. Esta técnica persigue que ambos túneles coincidan en la zona media de las inserciones del ligamento nativo. Además, tiene dos variantes, la primera sería la creación de un fascículo simple y la segunda recreando los dos fascículos de los que está provisto el ligamento original realizando cuatro túneles.

Sobre los tipos de fijación, dividiremos, por un lado, la fijación femoral y por otro la fijación tibial. 

En la fijación femoral distinguimos tornillos interferenciales., la fijación transversal y la fijación cortical. Las técnicas interferenciales van a fijar el injerto a las paredes del túnel gracias a que se alojan en su interior (tornillos intratúnel). 

Otro método sería la fijación transversal que consiste en sujetar dentro del hueso esponjoso el implante atravesándolo con agujas reabsorbibles (Rigid fix® o transfixantes) o colgando la plastia de un tornillo (tenosuspensión). Por último, la fijación cortical se realiza con grapas directas o tornillos, de la misma forma que la fijación tibial. 

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