La colocación de prótesis de rodilla es una de las intervenciones que se produce con más frecuencia dentro de la cirugía ortopédica. La causa más común que empuja a este tipo de intervención es la artrosis de la articulación provocada por el desgaste. Además, encontramos otras patologías que acaban por motivar el reemplazo de la rodilla. Es el caso de la artritis reumatoide o diferentes deformidades congénitas que necesitan ser corregidas. El recambio articular por una prótesis consigue aliviar el dolor cuando otras terapias han fracasado.
No obstante, puede darse el caso de que el tratamiento quirúrgico para la sustitución de rodilla no consiga el éxito esperado. La principal causa de este fracaso deriva de la incorrecta alineación, un error que en los últimos tiempos se ha conseguido reducir gracias a la aparición de nuevas técnicas. En este sentido, cabe destacar las prótesis de rodilla con instrumental personalizado. Se trata de la opción más recomendada, ya que mejora la precisión y se consigue el “patrón oro”, es decir: la alineación neutra.
El proceso de implante de la prótesis de rodilla con instrumental personalizado se inicia con un TAC que no se centra únicamente en la rodilla, sino que se busca una revisión amplia en el conjunto de la anatomía del paciente. Así, el TAC también incluirá tanto a la cadera como al tobillo.
A partir de las imágenes obtenidas se realiza una reconstrucción virtual de la rodilla que servirá tanto para analizar la forma como para conocer su orientación con respecto al eje de carga (la línea que discurre, precisamente, entre la cadera y el tobillo). Este estudio previo servirá para determinar todos los puntos de la prótesis, de manera que se garantice el reparto de la carga de forma homogénea. De este modo, se contribuirá a reducir el desgaste y, por lo tanto, prolongar la duración de la prótesis.
Después de esta reconstrucción virtual, el especialista selecciona el modelo de prótesis más adecuado y su precisa colocación, comprobando en el ordenador cómo se comporta el implante en flexión y extensión. Una vez elegido el diseño se realizará una reconstrucción en tres dimensiones de la rodilla, al mismo tiempo que se confeccionan unas guías para implantar la prótesis.
Ventajas de la PSI:
- Se consigue una correcta alineación y posicionamiento de la prótesis.
- Se incrementa la vida útil de la prótesis
- Incisiones más pequeñas
- Menos tiempo de cirugía, lo que conlleva un menor riesgo de infección y reduce la posibilidad de otro tipo de complicaciones
- Mayor eficacia en deformidades por fracturas previas o en casos donde encontramos clavos intramedulares.
- No es necesaria la transfusión.