Ya hemos hablado en más de una ocasión de algunos tipos de lesiones de cartílago o condrales, sin embargo en este nuevo artículo queremos profundizar más en las mismas y detenernos en una denominada osteocondritis disecante, concretamente en la que afecta al cóndilo femoral interno de la rodilla.
¿Qué es el cartílago?
El cartílago articular es un tejido conectivo elástico que se encuentra en los extremos de los huesos y que cumple importantes funciones de lubricación y soporte de peso. Carece de irrigación sanguínea propia, se nutre de líquido sinovial y posee una mínima capacidad de regeneración.
Está conformado por una malla de colágeno y por un porcentaje reducido de células propias denominadas condrocitos.
Podemos distinguir tres tipos de cartílago con diferentes características mecánicas y biológicas: fibroso o fibrocartílago, elástico e hialino. Este último es el más abundante en el cuerpo y no tiene capacidad de regenerarse. Se encuentra en los extremos articulares de los huesos, las costillas, el esqueleto nasal, la laringe, la tráquea y los bronquios, y permite que el deslizamiento de una superficie ósea sobre otra sea suave, funcional e indoloro.

¿Por qué se producen las lesiones condrales?
Son muy frecuentes y tienen que ver con un deterioro del cartílago. Si además de estar afectado este, lo estuviera el hueso subyacente, hablaríamos de lesiones osteocondrales.
Estas lesiones pueden desencadenarse por múltiples factores, entre ellos la edad, los traumatismos directos e indirectos, las sobrecargas repetitivas o una necrosis. En muchas ocasiones también vienen de la mano de otro tipo de lesiones como las de meniscos o las del ligamento cruzado anterior.
Son frecuentes en deportistas y en profesionales que realizan movimientos de repetición, que manipulan cargas o que en su actividad diaria están sometidos a inestabilidades que puedan desencadenar un desgaste del cartílago.
Este tipo de lesiones es necesario tratarlas cuanto antes, puesto que pueden degenerar en casos de artrosis y requerir una sustitución protésica de la articulación.
Una localización común de las mismas es en el cóndilo femoral interno de la rodilla y pueden llegar a formar una osteocondritis disecante.
La osteocondritis disecante (OCD)
Esta enfermedad afecta sobre todo a pacientes jóvenes y a niños, aunque también se puede sufrir en la edad adulta. Puede ocurrir en cualquier articulación, pero una localización frecuente es en la rodilla, concretamente en el cóndilo femoral interno, una zona por la que discurre el apoyo del peso de nuestro cuerpo.
Conlleva un desprendimiento de una parte del cartílago y del hueso subcondral que da soporte al cartílago, en la mayoría de los casos relacionado con una necrosis. Produce dolor, incapacidad funcional y una degeneración de la articulación.
Tratamiento
Existen diversos tipos de tratamientos enfocados a reducir la sintomatología de esta enfermedad, una regeneración del tejido o a una modificación del apoyo.
Entre las medidas sintómaticas se encuentran los antiinflamatorios y los condroprotectores o fármacos antireumáticos de acción lenta como el sulfato de condroitina o condroitín sulfato. Además, están recomendados los nutracéuticos que combinan una serie de elementos naturales como el jengibre, la cúrcuma o la vitamina C, entre otros, y que por un mecanismo de disminución del estrés oxidativo mejoran los síntomas y efectos antiinflamatorios. Estos se utilizaban antes mucho en deportistas y actualmente se ha generalizado su uso.
Las infiltraciones de ácido hialurónico están indicadas para este tipo de lesiones. Con ellas logramos mejorar la viscosidad del líquido articular y disminuir el dolor e inflamación.
Otro de los procedimientos que aplicamos en Surbone para estos casos son los factores de crecimiento. Se trata de un tratamiento mínimamente invasivo con infiltraciones de plasma rico en plaquetas. Son moléculas que funcionan como principios activos naturales, promoviendo la regeneración y reparación de los tejidos lesionados a través de la estimulación de las células sobre las que actúan.
Cirugía
En cuanto a las opciones quirúrgicas, destacamos una novedosa técnica que utilizamos en nuestra clínica mediante cirugía artroscópica con la malla Chondro – Gide® para regenerar el cartílago hialino.
En Surbone realizamos la primera intervención en Galicia con esta técnica que requiere un dominio importante de la artroscopia y que combina la clásica de las microperforaciones con el sellado del defecto por una malla de colágeno tipo I y III. La utilizamos en pacientes jóvenes, con una lesión condral no extensa.
El futuro pasa por la combinación de esta con otra un poco más compleja que se denomina MACI, y que consiste en cultivar condrocitos sobre una membrana de colágeno para posteriormente implantarla en la lesión mediante cirugía artroscópica o abierta.
Otra opción que también está indicada es la osteotomía valguizante. Una intervención de cirugía abierta con la que realizamos modificaciones del eje de la extremidad para disminuir el apoyo en la zona lesionada. La reparación de esta lesión o la fijación del fragmento osteocondral mediante este tipo de osteotomía puede aumentar el porcentaje de éxito.
En edades avanzadas puede ser necesario un implante protésico cuando han fracasado las anteriores medidas.
Para más información sobre los temas tratados en nuestro artículo contacta con nuestra clínica llamándonos al 981 90 40 00.