Como sabéis, con la llegada del buen tiempo tendemos a aumentar el ejercicio deportivo con actividades al aire libre. En uno de nuestros anteriores posts os hemos proporcionado consejos básicos para gozar de un verano saludable y sin lesiones, cómo preparar nuestro cuerpo con un calentamiento previo o utilizar el calzado adecuado en cada ocasión.
Pese a todo, en nuestra consulta seguimos viendo cómo hay una serie de lesiones que se repiten cada año. Estas son las lesiones traumatológicas más frecuentes en verano.
Lesiones meniscales y ligamentosas
En verano solemos lanzarnos a la práctica de deportes que no realizamos a lo largo del año. Esto, unido al sobreesfuerzo que solemos realizar, trae consigo un incremento de las lesiones meniscales y ligamentosas en los deportistas aficionados, como desgarros o roturas. Esguinces y luxaciones están entre las más habituales.
Pueden ser directas, vinculadas al empleo de superficies de juego o elementos deportivos inadecuados, o por sobrecarga, derivadas de la repetición de la actividad y la realización de esfuerzos superiores a nuestras capacidades.
Fracturas infantiles
Durante las vacaciones escolares los niños gozan de mayor libertad, salen más, están más activos y esto, a pesar de la vigilancia paterna, suele hacer que se incrementen las fracturas óseas vinculadas con accidentes. La más frecuente es la de radio distal, en la muñeca.
Las fracturas infantiles pueden ser similares a las de un adulto, o bien propias del hueso inmaduro: fracturas ocultas, en rodete, en “tallo verde” o del cartílago de crecimiento. Todas ellas son lesiones graves que exigen su inmovilización y una rápida visita al traumatólogo. Sin embargo, gracias al potencial de crecimiento infantil su capacidad de recuperación es mayor y el tiempo de curación se acorta.
Patologías degenerativas
En la época estival aumenta el volumen de las lesiones traumáticas, mientras que las patologías degenerativas de tipo reumático reducen sus síntomas articulares por la climatología.
No es que el calor beneficie a enfermedades como por ejemplo la artrosis. Esta, al igual que todos los procesos inflamatorios, mejora con el frío. El calor lo que hace es disminuir las contracturas musculares derivadas de esta enfermedad.
Lesiones podales
Si el uso reiterado de tacones puede provocar artrosis y artritis en las rodillas, el uso de sandalias de dedo o flip-flop puede derivar en tendinitis o fascitis plantar.
No son estas las únicas lesiones podales frecuentes en esta época del año, ya que la práctica de deportes en la playa con pies descalzos puede derivar en lesiones, como contusiones o esquinces, producidas por impactos o caídas.
Disfrutad de vuestro verano, pero no olvidéis tomar precauciones.