Estamos a las puertas de una de las celebraciones más especiales, una fiesta que ilumina todos los rincones de nuestra ciudad y que cada año atrae a miles de visitantes. Hablamos del San Juan, la «noite meiga» en la que en A Coruña, como en el resto de Galicia, se encienden miles de hogueras que, tal y como manda la tradición, saltamos, y no una ni dos veces, sino nueve.

Es, en definitiva, una noche para la diversión pero cuyos ritos entrañan sus riesgos, entre ellos, quemaduras y traumatismos.

Centraremos este artículo en las lesiones que se producen más frecuentemente durante esta noche por una mala caída.

Dos de nuestras articulaciones se llevan la peor parte, el tobillo y la muñeca, y entre las lesiones que sufrimos en ellas destacamos dos: esguinces y fracturas.

Esguince y fractura de tobillo

Cogemos carrerilla y saltamos, pero no siempre caemos de la manera correcta. Por ejemplo, si lo hacemos con el pie de lado, apoyando mal o doblando el pie (ya sea hacia fuera o dentro), podemos lesionarnos provocando un esguince o fractura.

El esguince afecta a los ligamentos, que son los tejidos que conectan y unen nuestros huesos. Se produce cuando forzamos la articulación y podemos distinguir entre tres grados, dependiendo de la intensidad. En el esguince de grado 1, hay una distensión de los ligamentos, en el 2, hay una desgarro en los mismos y en el 3, una rotura total de los ligamentos.

Para hablar de las fracturas, lo primero que debemos hacer es conocer qué huesos conforman esta articulación. Son tres: el peroné, la tibia y el astrágalo. Cada una de las partes que sobresalen de la tibia y el peroné al inicio del pie, se denominan maléolos y son las prominencias que podemos palpar. Así, podemos sufrir una fractura del maléolo peroneal, del tibial o una bimaleolar.

Lesiones en la muñeca

Al caer, siempre intentamos proteger la cabeza y para ello no dudamos en poner nuestras manos por delante, al hacerlo, ellas serán las encargadas de cargar con nuestro peso. Así, podemos sufrir un esguince o fractura.

En la articulación de la muñeca se unen los huesos que forman el antebrazo (cúbito y radio) con el carpo. Este último está conformado por ocho huesos: trapezoide, trapecio, escafoides, semilunar, grande, ganchoso, pisiforme y piramidal.

Las fracturas más frecuentes en la muñeca son las de cúbito y radio y la del escafoides.

Cómo actuar tras una caída

Los síntomas varían en función de la gravedad de la lesión. Por ejemplo, en el caso de los esguinces, podemos sufrir dolor intenso al apoyar el pie y al andar, inflamación, aparición de hematomas, etc. Si hay fractura podemos también padecer dolor intenso y localizado, incapacidad funcional, inflamación, deformación de la zona lesionada y crepitación.

Tras la caída, si hay esguince, lo mejor es aplicar frío, realizar un vendaje, mantener la zona elevada y reposo. Si creemos que puede haber fractura, por ejemplo de tobillo, tampoco debemos apoyar el pié. Además, tanto en las de tobillo como en las de muñeca, hay que intentar inmovilizar la zona.

Por supuesto, acude cuanto antes a un servicio de urgencias para que los profesionales médicos valoren el alcance de la lesión. Las primeras 24 horas son muy importantes, en ellas se determina el grado que alcanzará la misma y, por tanto, el tiempo de recuperación.

Los esguinces tienen un tratamiento conservador que puede incluir o no inmovilización funcional y fisioterapia. El esguince de grado 3 necesita con frecuencia tratamiento quirúrgico. En cuanto a las fracturas, no siempre es necesaria la cirugía, dependerá de la gravedad de la lesión, algunas precisarán inmovilización con yeso.