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¿Qué puede haber detrás de un dolor de cadera en un adulto? Causas y síntomas

Muchas personas piensan que el dolor de cadera es sinónimo de artrosis, pero nada más lejos de la realidad. El dolor en esta articulación es un problema muy frecuente que puede tener múltiples causas. Desgranamos cuáles son y explicamos cuándo es necesario acudir al especialista.

En muchas ocasiones recibimos a pacientes que acuden por dolor en la cadera. Sin embargo, cuando les pedimos que nos indiquen dónde exactamente, echan la mano a la espalda. Y esto claramente nos indica que su problema es lumbar y no de cadera.

¿Qué es la cadera?

Comencemos detallando qué es la cadera. Esta articulación une el fémur con la pelvis. Está conformada por la cabeza del fémur y el acetábulo, una oquedad que hay en el hueso de la pelvis. Por tanto, el dolor de cadera afecta a la parte lateral de la pierna o a la ingle y puede irradiar hacia la parte delantera de la rodilla, pero nunca afectará a la zona lumbar.  

Los motivos que pueden estar detrás de un dolor de cadera son muy variados, al igual que la clasificación de los mismos (en función de la estructura afectada, de dónde se produce la patología, de la causa propiamente dicha…).

Imagen RX: fractura intracapsular que necesita prótesis.

Clasificación en función de la estructura afectada

En función de la estructura afectada, el dolor puede desencadenarse por problemas en la articulación propiamente dicha donde puede haber una afectación del cartílago, el lábrum (una especie de menisco que tiene la cadera), de la cápsula articular, de los tendones que mueven la cadera (rotadores externos e internos), las bursas e incluso de alguno de los nervios que van la cadera. En estos casos podríamos hablar de lesiones osteocartilaginosas, tendinosas, de las bursas o nerviosas.

Clasificación en función de la zona en la que se produce la patología

En función de dónde se produce la patología podemos distinguir entre intrarticular, extrarticular y dolor referido. Veamos qué se incluye en cada una de ellas.

Intrarticular

  • Artrosis de cadera idiopática, inflamatoria o secundaria
  • Fractura de pelvis o de la cadera
  • Artritis inflamatoria
  • Artritis séptica
  • Lesión del lábrum
  • Sinovitis de cadera
  • Necrosis avascular
  • Secuela de enfermedad de Perthes
  • Epifisiolisis femoral
  • Displasia del desarrollo

Muchas de estas patologías acaban derivando en una artrosis de cadera o coxartrosis y esta puede acabar requiriendo una prótesis. 

Extrarticular

Afectan a los tendones, bursas, nervios, etcétera. Dentro de este grupo podemos distinguir:

  • Bursitis trocantérea, ileopectínea e isquioglútea.
  • Tendinitis de los músculos aductores.
  • Síndrome del músculo piriforme.
  • Atrapamiento del nervio obturador.
  • Lesión del psoas.
  • Síndrome del trocánter mayor.
  • Osteopatía de pubis.
  • Hernia y adenitis inguinal.
  • Polimialgia reumática.
  • Osteopatía de pubis.

Dolor referido

Hablamos de patologías que no proceden de la cadera pero que el dolor sí que se produce en la misma. Afecta a otras estructuras que no pertenecen a la articulación:

  • Cólico nefrítico.
  • Patología columna-dorso-lumbo-sacra.
  • Enfermedades de la rodilla.
  • Enfermedades intrabdominales.
  • Tumores pélvicos.
  • Meralgia parestésica.

Síntomas

En función de la zona afectada o de si hablamos de un dolor referido los síntomas son diferentes.

Cada patología presenta síntomas específicos. No es lo mismo un dolor por artrosis, que por un traumatismo, una fractura, una necrosis o por una tendinitis, por citar algunos ejemplos.

Algunos síntomas comunes de dolor de cadera son la restricción de movilidad para abrir o cruzar las piernas, calzarse y subir o bajar escaleras. Además, puede haber dolor inguinal o lateral que irradia hacia la rodilla.

¿Cuándo debo acudir a un/a traumatólogo?

Cuando así lo decide un médico de familia o cuando el dolor persiste más allá de unos días y no cede con medidas como analgésicos convencionales o reposo.

El equipo médico de Surbone realizará una completa anamnesis teniendo en cuenta todas las características del dolor, la localización, la evolución del mismo, etcétera, y establecerá un diagnóstico de sospecha. Tras este, solicitará las pruebas necesarias, ya sean de imagen (radiografía, tomografía computarizada, ecografía o resonancia), analíticas o de medicina nuclear como la gammagrafía.

Las pruebas solicitadas confirmarán la sospecha o excluirán otras causas. Además, podrán servir en una futura intervención quirúrgica, si esta fuera necesaria.

El equipo médico de Surbone es especialista en patologías de cadera y tiene publicaciones de carácter internacional en diferentes revistas científicas como Geriatrics & Gerontology International y Archives of Gerontology and Geriatrics.

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